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Desde que el cine se decidió a poner en pantalla el mundo del cómic, en España ha habido varios retos, unos ya realizados, como el de «Mortadelo y Filemón», otros por realizar («Rompetechos», sin duda uno de los más atrayentes) y el que nos ocupa: el tebeo de Vázquez, «Anacleto, agente secreto». Es el filme que se estrena hoy, cómic que se ha encargado de llevar a la pantalla Javier Ruiz Caldera («Tres bodas de más»). El director ha contado para este propósito con Imanol Arias en el papel de Anacleto, y con Quim Gutiérrez, en un papel inédito en el tebeo, pues no existía este hijo un tanto peculiar que el actor encarna.

El reto era complejo, sobre todo si tenemos en cuenta que el cómic dejó dejó de publicarse hace treinta años. Caldera asegura que «teníamos la posibilidad de actualizarlo, de imaginarnos lo que le podría haber pasado desde entonces. Colocar a un agente secreto de los años 60 en 2015 nos hacía mucha gracia pero, por otro lado, teníamos que heredar el verdadero espíritu de Vázquez, con su idea y su personaje».

Dicho espíritu era complicado. Hay que recordar las características de Anacleto tebeo, por ejemplo, sus escenarios: el desierto, generalmente el de Gobi. En él, Anacleto solía internarse, pasar sed y ver espejismos de oasis. Siempre caía en los falsos y despreciaba los verdaderos. Y, cuando por fin entraba en uno, solo conseguía bocadillos de anchoas y al pedir la cerveza el chiringuito cerraba.

También solía escalar altísimas montañas donde al culminarlas se daba cuenta de que por el otro lado había un ascensor. Asimismo, había tiburones diversos que siempre intentaban zampárselo en las misiones en alta mar, pero nunca lo lograban.

Anacleto nunca falla


Meter todos estos disparates en una película era harto complicado, por lo que Fernando Navarro, el guionista, optó por una vía intermedia. Logró meter escenarios como el desierto pero, sobre todo, no quiso desembarazarse de una de las bazas fuertes del tebeo: la aparición del malvado, una mueca del mismo Vázquez que solía dibujarse a él mismo como el malo y el antagonista de Anacleto. Para ello, Caldera recurrió al siempre sólido y polivalente Carlos Areces en el papel del muy villano Vázquez. También las frases históricas como «Anacleto nunca falla», están presentes en la película.

El dúo Navarro-Caldera introdujo la novedad del hijo del famoso espía para dar un giro a la historia y contar la relación paterno-filial como nudo argumental de la trama. A Gutiérrez no le fue fácil el papel. Aún naturalmente dotado para la comedia, tuvo que realizar un mes de entrenamiento (aunque fue más coreográfico que físico) para realizar unas luchas más propias de Bruce Lee y Jason Bourne que de un guardia de seguridad que ni sabe que posee esas habilidades.

A pesar de que en un principio se creyó que el tebeo de Vázquez estaba basado en James Bond, el mismo autor certificó que su principal fuente de inspiración fue «Super agente 86», la serie de televisión de los 60 en la que Don Adams encarnaba a Maxwell Smart, un patoso agente que intentaba imitar a James Bond consiguiendo solo una parodia de él.

Smart utilizaba el llamado zapatófono, pues escondía un teléfono en el zapato. En la versión de Caldera, Imanol Arias lo ha sustituido con un enorme teléfono, de esos primeros que salieron en la era de los móviles. Del «Super agente 86» hubo una versión moderna, con un filme en 2008 protagonizada por Steve Carrell y Anna Hathaway. El resultado fue discreto.

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