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“Somos los hijos del planeta Azul, los vagabundos que merodean por la Galaxia desde los surcos de la Estela Púrpura hasta los ecos del lejano Abismo Negro. Hace años que la Tierra se convirtió en un planeta inhabitable, así que todo el mundo se lanzó al exterior para sobrevivir. Son muchos los planetas que visito mientras sorteo peligros que acechan a la vuelta del espacio-tiempo. Mi misión es proteger a Niko, el único humano a bordo, mi amo”.

Así comienza Space Boy, la primera aventura editorial en el mundo del cómic del joven Francisco Muñoz Bárcenas, de Beas de Segura, también conocido como Travis. En septiembre, lanzó el primer número de esta historia, una autoedición de la que ya prepara una nueva tirada y el segundo número, que prevé que vea la luz en el mes de febrero. “Relata las aventuras de un muchacho huérfano a lo largo de la galaxia, por la que viaja solo con su robot, que es a la vez su tutor y su padre. Juntos vivirán aventuras increíbles y resolverán misterios del presente en búsqueda de respuestas del pasado”, explica su autor. Licenciado en Bellas Artes por la Facultad Alonso Cano de Granada hace tres años, decidió dar rienda suelta a su creatividad en esta historia de ciencia ficción y aventuras y apostar por la autoedición en un mundo que no se lo pone nada fácil a los jóvenes creativos que dan sus primeros pasos. Y no le ha ido del todo mal. “Todos los ejemplares que saqué ya se han agotado y estoy preparando una reedición”, detalla. Entre los que lo han leído, dice, comparan este cómic con las series de animación Hora de aventuras y Futurama.

“Es para todos los públicos, aunque también tiene guiños para los adultos”, destaca. Ahora que ya ultima la segunda entrega, dice que, en los próximos números, a la vez que el niño protagonista crece, lo hará la crítica social. “Son historias autoconclusivas, pero siempre tienen el hilo conductor que es su protagonista, el que tiene que crecer y mucho por aprender”, dice. Lo que le dará, sin duda, mucho “juego”.

“Me fijo mucho en el cine y en el arte y tengo muchas influencias, de las que siempre surgen historias, escenas y diálogos”, reconoce. Ahora, el siguiente paso es el de difusión del trabajo y ya tiene ideas: “Me gustaría empezar a moverlo entre festivales, por ejemplo, el de Cómic de Úbeda, en el que ya tengo algunos contactos para intentar presentarlo en la próxima edición”, detalla.

Una novela gráfica entre la historia y la ficción

Space boy no es el único trabajo editorial del joven beatense. También es autor de Las puertas de la montaña, una novela gráfica escrita e ilustrada por él que se mueve entre lo histórico y la ciencia ficción. De este proyecto, tiene adelantados hasta siete capítulos, por lo que, dice, “está casi acabada” y le ha dedicado cerca de dos años de trabajo. “La presenté a un concurso de Salamandra y, aunque no fue seleccionada, fue una buena experiencia porque empecé a trabajar con plazos y con un ritmo de trabajo muy bueno”, recuerda. A lo que también ayudó que se volcó, por completo, en la historia.

Relata las aventuras de Carlos, un hombre joven que se ve obligado a huir de las fuerzas franquistas en plena posguerra española, con un grupo de personajes, gente como él, que ha tenido que huir, en medio de un profundo monte, en el que encuentran una misteriosa cueva. Parte de un periodo histórico, pero incluye elementos de fantasía y ciencia ficción.

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