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Batman nació un año antes de la II Guerra Mundial, de la mano de Bob Kane y Bill Finger. Pero el Batman moderno, el Caballero Oscuro y atormentado, el héroe de las películas de Tim Burton o Christopher Nolan, es obra de Frank Miller. En los 80, Miller revolucionó el mundo del cómic con su narrativa radical, salvaje, creando un nuevo imaginario para los superhéroes, otros universos (el de Sin City o 300), heroínas complejas (esa Elektra de la que se enamora Daredevil y se vuelve una villana), tramas influenciadas por los conflictos políticos, desde la Guerra Fría hasta el 11-S... Frank Miller aterriza en el Salón del Cómic de Barcelona como una estrella de Hollywood, acompañado en todo momento por una assistant de su agencia que marca estrictamente su agenda (previa llamada a Nueva York o Los Ángeles) e impide que los fotógrafos le hagan posar en plaza España, lo que provoca un pequeño motín de los profesionales gráficos. Pero Miller es Miller, y la polémica suele ser una de sus marcas.Tras superar una delicada enfermedad, el autor regresa con El Caballero Oscuro III. La raza superior (ECC Comics), coescrito con Brian Azzarello, que promete un giro en las aventuras de Batman. Un giro en femenino, la única pista para no caer en spoilers. 

«La situación política siempre ha marcado mi obra. Los héroes sólo tienen sentido si están anclados en el mundo real. Superman nació como respuesta a la Gran Depresión y a la pobreza que se vivía, es el campeón de la libertad. Pero esta nueva serie gira en torno a la mitología del personaje, que cambia de generación en generación», reconoce Miller. Y en esta mitología, como si fuese un superculebrón heroico -o uno de los mitos griegos que tanto fascinan a Miller-, se entremezclarán las historias personales de Superman, Wonder Woman (y su hija Lara), Carrie Kelly (la adolescente que fue Robin y, después, Batgirl) y otros viejos conocidos de Gotham. «En el fondo, es una historia sobre padres e hijas», tercia Brian Azzarello, otro autor de culto por su monumental 100 balas, una de las cúspides del noir en viñetas. «Él se encarga del trabajo duro. Hay que dejarle jugar con los juguetes», bromea Miller. Y Azzarello, teatral, sigue:«¡Trabajar con Miller es un infierno, un grave error! No... Es realmente magnífico. Él es el creador del Batman moderno. Yo no sentía ningún interés por el personaje antes de leer los cómics de Miller».Durante dos años (de 2003 a 2004), Azzarello escribió los guiones de Batman. «Creo que el mío era más oscuro que el de Frank. El suyo es un matón, más olímpico, pesado, grande. El mío estaba más torturado», compara. 

Azzarello gusta de bucear en las profundidades psicológicas de sus personajes. Y su nuevo Batman conjunto está lleno de matices: cansado y ya mayor, aún arrastra su perpetua lucha interior, la pesadilla que le persigue desde que su mundo se desmoronó cuando tenía cinco años. Una y otra vez vuelve a esa esquina oscura, bajo la farola, donde vio cómo asesinaban a sus padres. «Batman está enfadado. Desde que tenía cinco años, lo único que ha intentado Bruce Wayne es dar sentido a su vida. Esa es la raíz para entender el personaje», apunta Miller.En sus nuevas aventuras, Batman busca un sucesor para asegurar la paz en esa Gotham que no es más que el reflejo de lo que el dibujante veía por la ventana en la Nueva York de los 80: crímenes, robos, puñaladas, violaciones, disparos... Si el mundo de su superhéroe siempre se ha caracterizado por la violencia y la oscuridad (en la línea de la desalentadora y corrupta Sin City), hace apenas dos años la Warner tumbó a Miller y al director Darren Aronofsky un proyecto para una nueva película de Batman: demasiado hardcore, demasiado extremo. En vez de eso, Superman vs Batman de Zack Snyder -con escenas sacadas directamente de los cómics de Miller- es una adaptación taquillera apta para todos los públicos. «Me reí mucho. Lo mejor de la película es Wonder Woman», confiesa Miller con ironía. Las mujeres cada vez cobran más protagonismo en su saga. Él tiene claro a su preferida:«Carrie Kelly es la persona más brillante que ha conocido Batman, la única más inteligente que él», reivindica. «El mundo nunca es un lugar perfecto. Por eso, siempre deseamos que hubiera alguna figura moral, más elevada, que hiciera el bien y nos salvara de los malos. Eso sí, no recomendaría vestirse con mallas, salir a la calle y apalizar a la gente porque acabaríais todos en la cárcel», admite. Habrá que seguir leyendo cómics.

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