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"El cómic español necesita un Astérix, un éxito lo suficientemente importante para que la gente vuelva a leer cómics, el editor saque beneficios y se decida a reinvertirlos para crear nuevos títulos". Esta frase del guionista francés Philippe Charlot (Le train des orphelins), resume la mesa Cómic en Francia vs Cómic en España, uno de los platos fuertes del I Salón Hispano Francés de Cómic de Jaca que se ha celebrado este fin de semana, y que ha sido un éxito. De hecho, sus organizadores preparan ya la segunda edición.

En la mesa, moderada por Javier Marquina (miembro de la ACDComic) y Juanfer Briones (Amantes, la leyenda de Teruel), también participaban el Premio Nacional de Cómic Antonio Altarriba (El arte de volar, El ala rota), la argentina Nuria Sayago (una de las grandes coloristas del cómic francés), el dibujante Thierry Guioux (Hauteville House).

Las cifras no mienten. "En Francia -asegura Antonio Altarriba- todavía hay una decena de títulos que venden por encima de los cien mil ejemplares, encabezados por Astérix. Del nuevo libro (que se publica el 29 de octubre) se lanzarán dos millones de ejemplares solo en Francia (4 millones en más de 20 idiomas). Y hay otros títulos, como el Corto Maltés de Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero, del que se lanzarán doscientos cincuenta mil. A partir de 20.000 ejemplares vendidos la serie se considera un éxito".

Los autores son los que más trabajan y los que menos ganan
Esas cifras son inalcanzables en el mercado español en el que la mayoría de los títulos salen con tiradas de mil ejemplares, lo que también dificulta que lleguen a todas partes, perdiendo potenciales lectores. La típica pescadilla que se muerde la cola.

"En España un cómic que vende 5.000 ejemplares ya se considera un best-seller -asegura Altarriba-. Si echamos cuentas, de los 20 euros que puede costar un cómic, el autor sólo se lleva un diez por ciento (2 euros), con lo que está claro que los autores españoles no pueden vivir al cómic, salvo casos excepcionales como Paco Roca". 

"Además, los editores españoles no consiguen ampliar el mercado -continúa Altarriba-. Como en todos los negocios, si no se arriesga no se gana. Muchas editoriales ni siquiera te dan adelantos o te dan cifras ridículas, como 1.500 o 2.000 euros para una obra en la que el dibujante puede emplear uno o dos años. El que más trabaja es el que menos gana y no se puede vivir con eso".

"Al final, las editoriales no asumen riesgos -añade- y se prefiere comprar derechos de obras que ya han triunfado en otros países antes que invertir en obras propias olvidando que, si conseguimos un gran éxito igual conseguimos exportarlo a todo el mundo, como pasa con el cómic francés. Pero no tenemos cultura de invertir en el cómic. En España el riesgo siempre lo asume el autor".

Por eso los autores españoles intentan trabajan para el mercado francés o el americano (casi doscientos si sumamos ambos mercados). Sobre todo los dibujantes, ya que la barrera del idioma dificulta el trabajo de los guionistas, salvo casos excepcionales como el de Altarriba (que fue catedrático de literatura francesa en la Universidad del País Vasco), Raule o Díaz Canales".

Los participantes en la mesa redonda también han destacado que consideran excesivo el porcentaje que se llevan las distribuidoras, por trasladar los cómics a los puntos de ventas: "Aunque una buena distribución es fundamental para el éxito de un cómic, al final son los que menos riesgos tienen y los que más beneficio sacan de cada tebeo. Ya que, si no los libros no se venden, ellos nunca pierden dinero, porque se limitan a devolverlos al editor".

Altarriba ha destacado que los autores franceses pelean actualmente "Por conseguir el 15 por ciento de cada tebeo, en vez del diez. Con suerte, al final se quedarán en el doce o en el 13".

Thierry Guioux confiesa que: "Los autores franceses no tenemos miedo de que los españoles nos quiten el trabajo. Son excepcionales y es un placer poder compartir el mercado con ellos".

Un mercado al que aspirar
Philippe Charlot asegura que en Francia tienen la suerte de  que: "Para nosotoros los escritores, los dibujantes de cómics son gente admirada y respetada. Han conseguido grandes éxitos de ventas que han hecho reinvertir a los editores y gracias a eso tenemos una industria potente".

Aunque también reconoce que: "El número de títulos publicados, unos 5.300 anuales, no ha variado en los últimos años; mientras que el número de autores ha aumentado mucho, lo que significa que ahora los autores ganan menos porque tienen mucha más competencia. Así que las grandes series también venden menos cada año pasando de 60 mil ejemplares a 40 mil, 30 mil...".

"Pero Francia mantiene esos grandes éxitos internacionales, como Valerian, Astérix, Blueberry...-asegura Altarriba- que siguen teniendo éxito porque saben adaptarse a los nuevos tiempos. Pilote tenía el lema "La revista que crece con sus lectores y ha sabido actualizarse continuamente. Siempre iba por delante de sus lectores introduciendo nuevos autores como Gotlib, Fred... que hicieron natural la transición del cómic infantil al juvenil y al adulto"

"Sin embargo, en la España de los 70 -continúa Altarriba- pasamos de Bruguera, el TBO y Mortadelo a Totem, Zona 84... todo el cómic adulto nos llegó de repente sin que tuviéramos la posibilida de esa transición natural. Y a partir del 73 tuvimos nuestro propio underground: Star, Nazario, El Víbora... El cómic infantil juvenil casi desapareció (a pesar de los intentos de reflotar el TBO) y se dificultó la llegada de nuevos lectores jóvenes".

Un pequeño salón que también espera crecer 
Otra de las formas de atraer a la gente al mundo de los cómics son los salones como este de Jaca que sus autores consideran un éxito. De hecho ya preparan la edición del año que viene.

Un evento familiar en el que los niños han disfrutado de talleres de cómic y se han celebrado otras mesas redondas muy interesantes como la de Cómic y discapacidad, además de conferencias como Vida y obras del dibujante belga Astra (a cargo del editor Dionisio Platel), Caricatura y sátira política en los años 20 (Pablo Gracia Vera) o Haciendo balance. El día despues del Congreso Internacional de Cómic de Zaragoza (Universidad de Zaragoza).

Sin olvidar el encuentro con el dibujante Jaime Calderón, que triunfa en Francia con sus cómics históricos, o el encuentro con Calpurnio Pisón (Cutlas) que ha resumido su larga carrera.

Un evento que demuestra que tenemos mucho que aprender del cómic francés y que Aragón es una de las comunidades con más amor por este arte. Y que se prolongará este próximo fin de semana con Huescómic 2017, las V Jornadas de Cómic de Huesca, que se celebran el 8 y 9 de septiembre en el CC. Manuel Benito Moliner y en la Sala Genius.

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